Sentirse libre es una de las aspiraciones más recurrentes del ser humano, vivir en libertad y poder expresarse como uno es sin miedo al rechazo. Desde la llegada del movimiento hippie a Ibiza la palabra libertad se filtró en el ADN de la isla y la cambió para siempre, convirtiéndose en el refugio de los discriminados y de los que habían elegido un estilo de vida alejado de los convencionalismos.

Mientras que en el mundo entero el colectivo gay y el LGTBI sufrían el rechazo y la persecución, en Ibiza encontraron un paraíso donde podían dar rienda suelta a su verdadera forma de ser y a sus verdaderos sentimientos. Las parejas que en Londres, París o Madrid caminaban separadas por miedo a ser señalados, en Ibiza lo hacían de la mano, besándose apasionadamente a plena luz del día sin miradas inquisitorias. La noticia de la existencia de una isla en medio del mediterráneo donde todo tipo de preferencia sexual se vivía con naturalidad, se esparció como la espuma. Ibiza comenzó a llenarse de colorido, de diversión, de glamour y de banderas arcoíris.

El colectivo gay transformó el concepto fiesta en Ibiza, fiestas como La Troya o Manumission importaron la transgresión y la sexualidad de las fiestas de los 80, y la mezclaron con los sonidos electrónicos más estimulantes. El resultado fue tan espectacular que la formula se ha ido repitiendo con los años con éxito. Pero a diferencia de otras escenas gays en las que sus fiestas se limitan exclusivamente a personas de la misma orientación sexual, en Ibiza las fiestas son inmersivas, no excluyen a nadie, porque lo único que importa es celebrar la vida y sacarle todo el partido.

Con todo esto no es de extrañar que Ibiza sea reconocido como uno de los mejores destinos gay-friendly del mundo. Perderte por las calles del casco viejo del puerto es toda una experiencia, sobre todo por la Calle de la Virgen, repleta de tiendas y restaurantes de ambiente gay.  

Aunque en toda la isla el colectivo gay se mueve como pez en el agua, existe un punto más exclusivo donde se reúne este colectivo. La Playa de Es Cavallet, sobre todo su parte final cerca de la Torre de Ses Portes, recibe cada año a miles y miles de personas orgullosas de su sexualidad y dispuestas a pasar un buen rato. Esta playa alberga uno de los chiringuitos más famosos de Ibiza, el Chiringay. Con este nombre sobran las explicaciones, únicamente constatar que este pequeño establecimiento se ha ganado una reputación que traspasa fronteras y el amor incondicional de todo aquel que lo visita.

No importa tu raza, tu nacionalidad, tu religión o tus preferencias sexuales, en Ibiza solo importa una cosa…. ser libre.